todos estamos igual

jueves, 31 de octubre de 2013

Ganamos con lo justo

No nos fue mal pero tampoco nos fue tan bien



El Pájaro hablando de los errores del FPV. Video: Martín Farina

por Willy Villalobos

La idea era escribir unas líneas vinculadas a nuestro programa de radio del domingo pasado, pero debo confesar que estoy influenciado por el fallo de la Corte a favor de la Ley de Medios. Así es la Argentina, para los medios mayoritarios Massa prácticamente era el nuevo presidente y se terminaba el ciclo kirchnerista y a las 48 horas parece que el ciclo que se termina es el de los monopolios mediáticos. Así de apasionados y bipolares son los tiempos que corren.

Pero volvamos a las elecciones del domingo. Quiero aprovechar para dejar algunas ideas que me quedaron de lo conversado con el staff de La otra, con el joven Pájaro Salinas incluido, más las opiniones jugosas de Alejandro Horowicz y del titular de un blog muy consultado, El Blog de Abel.

Me parece que lo primero que hay que destacar es que una elección sin la presencia de Cristina deja en evidencia la falta de cuadros políticos en el FPV que convoquen a la población a sostener un proyecto que mejora las condiciones de vida y enfrenta a las corporaciones que vienen gobernando este país desde siempre. No hay mejoras sin enfrentar a los que se la llevan en pala, eso es el ABC del kirchnerismo.

Nuestro candidato en la provincia de Buenos Aires no era muy diferente a los candidatos de la oposición. No parecía uno de los nuestros o, mejor dicho, la intención era presentarse como un buen tipo con las mejores intenciones, como la mayoría de los candidatos. “Para perder perdamos con la nuestra”, decía Salinas el domingo criticando la sosa campaña en la provincia de Buenos Aires. En ningún momento el de Lomas enfrentó con la picardía de Néstor o la pimienta de Cristina al candidato de los medios, de la Embajada, y de los que quieren volver a los 90. Y así le fue.

¿Cómo se puede entender la elección del domingo?

¿Fue una derrota o una victoria?

Pienso que ni una cosa ni la otra, la mitad del vaso está llena y la otra mitad está vacía, y los que queremos que este proyecto Nacional y Popular se profundice estamos obligados a mirar todo el vaso. No podemos dejar de destacar que esta elección es legislativa y es una característica que el oficialismo pierda votos. No hay que olvidarse de que en 2009 fuimos nada menos que con Néstor a la cabeza y sin embargo perdimos contra un candidato que no pudo ni supo contener y organizar esa cantidad inesperada de votos. Y también es bueno recordar que esa derrota dejó en claro que los sectores de menores recursos necesitaban un gobierno que los tuviera más en cuenta, lo que fue bien leído por el FPV, dándole una mano a los que más lo necesitaban, recuperando de esa manera la confianza de las mayorías.

También debemos decir que, con todo, el resultado de estas elecciones fue favorable, ya que el FPV es la fuerza más numerosa a nivel nacional, recuperó más de un millón de votos en dos meses, conservando y aumentando la cantidad de representantes, lo que le permite seguir gobernando con mayoría en ambas cámaras.

No nos fue mal pero tampoco nos fue tan bien.

Quedó claro que el FPV depende de Cristina y que no se ha consolidado una organización, todavía, que pueda reemplazarla. Era muy frágil el bunker del kirchnerismo sin ella. Pero también es bueno recordar que en el 2009 la organización era infinitamente menor a la de ahora. Es cierto que el núcleo duro K ha crecido de tal manera que pudo mostrar cientos de miles de militantes en la calle el pasado 25 de mayo, pero todavía no hay conductores de peso que generen confianza.

El Chino Navarro se destaca como uno de los que mejor comunica el proyecto, haciéndose cargo de malas y buenas, y sin embargo no parece contar con el apoyo necesario. Lo mismo se puede pensar de Taiana: le dieron un lugar que le quedaba chico en estas elecciones, un dirigente que crece más allá de la propia fuerza.

Perón decía que la organización vence al tiempo, pero ese deseo todavía no pudo concretarse. Parece que la organización vence cuando tiene un líder que les junta la cabeza a todos los caciques. Es inocultable el reclamo de importantes organizaciones populares que sostienen este modelo, el Movimiento Evita por ejemplo, que parecen ocupar un lugar de menos peso que los que se declaran incondicionales por aceptar públicamente las equivocaciones del gobierno.

Somos mayoría en el país y en el Congreso y enfrentamos a un enemigo que defiende con uñas y dientes sus dineros. Este nivel brutal de enfrentamiento con el gobierno solo es comparable con los dos primeros gobiernos del general Perón, al que finalmente derrocaron con un sangriento golpe de estado. Tuvieron que bombardear la Plaza de Mayo para echarlo.

Néstor y Cristina salieron airosos de varios intentos de desestabilización. Parece que la democracia está suficientemente consolidada como para pensar en la posibilidad de golpes militares. Ahora los golpes son diferentes, pero con los mismos objetivos.

Está claro que la única fuerza popular que está dispuesta a disputar el poder es el kirchnerismo. Intentar nuevas alianzas con otros sectores populares puede ser un buen desafío para los dos años de mandato que restan. La mayoría de los partidos de la oposición sigue fielmente la receta de los monopolios y están dispuestos a juntarse con el solo fin de enfrentar al gobierno, como hicieron en la provincia de Buenos Aires los candidatos del PRO que apoyaron al Frente Renovador el domingo y al otro día lo abandonaron.

La oposición y algunos analistas afines al gobierno parecen no darse cuenta que de lo que suceda en estos dos años va a depender el resultado de la próxima elección presidencial. El triunfo de la Ley de Medios audiovisuales es un buen ejemplo. Está claro que ellos encontraron su Capriles: Massa puede dañar mucho más que Macri. Demostró que puede fracturar al movimiento popular y por eso es el elegido por los poderosos. El Frente Renovador creció y nos ganó en la provincia, con el apoyo incondicional de los grandes medios que le dieron mucha manija; tanta que hubo algunos votantes confundidos en Capital que se quejaron por la falta de boletas del candidato de los barrios cerrados de Tigre. ¡Querían votarlo a Massa también en la CABA!

Queda claro que el aparato duhaldista sigue firme y que ese peronismo esta mucho más fuerte de lo que pensábamos.

De nuestro lado, es Cristina la que le pone pimienta a la política argentina, es ella la que juega en primera “aunque a veces parece Messi jugando en Tristán Suarez”, como dice el Pájaro. Ojalá en los próximos dos años maduren nuevos dirigentes que sepan acompañar a esta líder política indiscutida. Es tanto el miedo que le tienen a Cristina que los dirigentes radicales Assad y Morales están preocupados por una posible renuncia de la presidenta, debido a su problema de salud, lo que le permitiría presentarse en el siguiente período. No hay candidato que pueda vencer a Cristina.

El partido del domingo lo ganamos nosotros, con un gol parecido al del Cani contra los brazucas: nos venían peloteando, con pase magistral del Diego.

Es bueno el análisis con el diario del lunes, porque nos permite saber qué cambios se pueden hacer para el próximo partido.

Aunque estos son también días de festejo. Dio gusto ver la alegría de la tropa en el Congreso festejando una nueva conquista popular.

(Para escuchar el programa completo del domingo pasado, con Salinas, Horowicz y Abel Fernández, clickear acá.)

1 comentario:

Leandro Hanc dijo...

A favor de la idea de sumar nuevas alianzas. Meter mas gente adentro, por izquierda y por derecha (pejotistas que aporten votos).
Pero sobretodo por izquierda, somos una fuerza progresista. Me gusto lo que dijeron en el programa, sobre buscar aliados progresistas o de centro izquierda.
Se me ocurre que por ej, estuvo Itai Hagman en la Otra, ahi tenemos un tipo que hay que meter adentro, o acercar, como se metio a Pablo Ferreyra. Otro interesante puede ser Moreau. Hay "opositores serios" que hay que acercar.