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miércoles, 30 de abril de 2014

1 de mayo de 2014: Europa y Argentina



por Lidia Ferrari

En el día del trabajo podemos mirar con otros ojos a esta Europa que está conociendo en serio el problema del desempleo. El desempleo es uno de los flagelos que impone la crisis. Paradójicamente, el desempleo también es producto de la solución que propone, para salir de la crisis, entre otros, Berlín, el capo de Europa: ellos proponen una política de austeridad. Una fórmula que muchos dicen es contraproducente en un momento de baja inflación. Pero así son las cosas, en esta Europa en la cual Portugal debe recibir las recomendaciones de Berlín acerca de lo que debe hacer, pero sin ida y vuelta, ya que Portugal o España o Italia no están en condiciones de decirle lo que debe hacer a Alemania. Una Alemania que, liderando la Unión Europea, se equivoca. Esto no lo digo yo, lo dice Soros: Alemania se equivoca con esta política de austeridad ya que: “el resultado es que la UE se ha transformado de un bloque "al que los países se integraban sacrificando parte de su soberanía por el bien común" en "una relación entre acreedores y deudores" [1], en que los deudores tienen dificultad para pagar.

La política de austeridad exigida es temida por muchos sectores. La receta es conocida. En Argentina la llamaron "ajuste" y sabemos cómo terminó la historia. Pero, bueno, no se sabe muy bien si no aprendieron de la historia o, precisamente, aprendieron muy bien, y la receta les sirve a algunos para debilitar a los otros. Total, sabemos que en el colapso siempre pagan los platos rotos los mismos: los más débiles.

No puedo dejar de recordar, en el día del trabajo, la película de Vittorio de Sica Ladrones de Bicicleta. Fue filmada en 1948, tres años después del final de la segunda guerra. Es desgarradora. Es el drama de un desocupado, que muestra muy bien lo que significa el trabajo en la vida de un hombre. Las generaciones italianas más viejas vivieron esa época y saben lo que significa. Pero las nuevas generaciones nacieron y crecieron arrulladas en la bonanza del Estado de Bienestar. Pareciera que Europa se dirige a hacia una época que no hace tanto supo conocer: la de la desocupación y la penuria. Obviamente, tienen combustible acumulado, por lo cual el piso que tienen les da para mantener cierto estándar de vida durante un tiempo.

Pero la realidad es que falta el trabajo y también va en aumento la pobreza. Muchos se preocupan ya que un posible aumento en los índices de ocupación, no se refleja necesariamente en una reducción de la pobreza. Pero la creación de puestos de trabajo con estas políticas de austeridad son impensables. Más bien se empeora, pues reduce empleos. Además, no sólo no hay creaciones de nuevos empleos, sino que se precariza el trabajo que existe, además de perder estabilidad en los puestos que se ocupan. Los jóvenes son sometidos a condiciones de empleo precarias y a períodos de prueba que pueden durar años. Al 1 de abril la desocupación en Italia, que sigue subiendo, llega al 13% y la desocupación juvenil al 42,3%. Los sin trabajo están superando los 3.3 millones de personas.

La inflación baja también asusta. Los españoles, que conocieron la inflación de los ’90, en la actualidad están mucho más preocupados por la baja. Lo dicen inclusive los gurúes económicos: un “largo periodo de baja inflación dañará el proceso en marcha de reequilibrio de la economía europea”[2]. Hay temor a la deflación por todo lo que implica.

Por eso, en este contexto, la desdicha de la desocupación se cierne sobre Europa. Yo vivo como en un dejà vu continuado en Italia. Sabemos que, cuando Argentina fue un modelo de políticas de austeridad y privatizaciones, los buitres se llenaron la panza. Si se trata de una fórmula para alcanzar los resultados que se siguieron en Argentina, no hay nada para decir. Pero, si en verdad quisieran construir una alternativa para salir de la crisis, es decir, si existieran quienes quisieran cambiar las cosas en verdad, podrían mirar a la América Latina, y al proceso de Argentina a partir de 2003. Tal vez algo aprenderían.

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