SEM, un corto de Raúl Perrone por youtube
por Oscar Cuervo
Hay historias. Hubo historias, o habría. Hay. Historias de las que apenas emergen filos de una oscuridad espesa, mejor dicho sólida. La oscuridad del youtube, a diferencia de la del cine, es sólida, una oscuridad que no puede hendirse. Estoy viendo SEM, este corto que me llega de Raúl Perrone a través de youtube. ¿Existe para youtube? ¿Existe fuera de youtube? ¿Se trata de un trailer de una película por venir? ¿De los restos de un film inexistente? El ente mismo se me vuelve esquivo, esquizo, no sé cómo tomarlo. No tengo más remedio que tomarlo así, como se me da.
Hay, mejor dicho, un espacio íntimo, tomado de refilón. Es una intimidad asediada por sombras. La violencia que aparece en el juego del intercomunicador policial de los chicos, pero también violencia del adolescente que recibió una paliza que lo deja sordo, tambaleante. En la conversación con la mujer se alude al escabio, a la joda, a la necesidad de no seguir haciendo la misma, de ponerse las pilas, trabajar. Vida joven sorda y tambaleante. Y también la muerte en la otra historia, la de la mujer enferma. Vida asediada por la sombra.
La protagonista, si es que hay una, sí, hay. Es depositaria de los restos de historias de los otros, historias siempre en inestabilidad, en tránsito. La mujer escucha, pregunta, aconseja. Después se queda sola, pensando. ¿En alguno de esos hombres que aparecen mencionados en las conversaciones? ¿El padre de sus hijos? Los vínculos no son precisos. Así como es posible que alguno de los chicos, o ambos, sean sus hijos, es posible que la mujer que llama desde la otra habitación, la que interrumpe la conversación con el joven, sea su madre. Pero solo me es permitido acercarme hasta cierto punto. Estoy espiando algo que no me concierne del todo y pronto las barreras del dispositivo me interceptan: las sombras que absorben todo residuo de historia, el vidrio esmerilado, las palabras murmuradas en tono inaudible. La hermosa música que irrumpe desde afuera, absolutamente, como una caricia que los personajes necesitaran, pero no escuchan.
Yo escucho, pero me quedo de este lado.
5 comentarios:
Con Perrone siempre me da la sensación de estar en presencia de algo ya visto, y creo que se debe a un problema que tiene que ver con la consolidación de un estilo formal. Desde sus primeros trabajos, yo me acuerdo, a fines de los 80 y 90´s cuando había que filmar como Wenders o Jarmusch, Perrone filmaba en blanco y negro y usaba autos largos retro y personajes vestidos con extraños sombreros a lo John Lurie . Cuando hubo que filmar como Wong Kar-wai empezó a imitar el estilo del chino. Con el estallido del 2001 se impuso un estilo documental más crudo. Después había que seguir filmando como los orientales y así fue al punto de poner actores de ojos rasgados en sus películas. Más tarde, la exploración de los largos planos secuencia y el uso del tiempo alargado… y así lo hizo. Ahora parece que Perrone está viendo a Pedro Costa al punto de robar hasta las puestas de cámara angulada donde se ven las esquinas de los techos y la iluminación contrastada con fuentes de luz que vienen de afuera de la escena recortando formas en las paredes. Esa es la sensación molesta que me producen siempre sus películas, cosa que no sucede con los personajes y temas que elige filmar, los cuales sí se sienten auténticos. Esta serie de mutaciones en cuanto a la forma no me parece una búsqueda o una influencia porque los estilos son muy distintos y, sobretodo, porque coinciden exactamente con los gustos de moda. Saludos!
HOLA OSCAR.
Peleo mucho con este sistema que me pide una cuenta cada vez que escribo. Por suerte, escribo poco.
Me gustò tu comentario y creo que "acercarse hasta cierto punto", " espiando...","barreras..que interceptan", todo confluye al vidrio esmerilado tan bello del final. Coincido tambièn con la referencia de Leòn a Pedro Costa y he recordado "En el cuarto de Wanda", aunque no creo que se trate de "gustos de moda". En todo caso no veo esa moda tan repetida.
Te dejè dos libros en la librerìa Beker. ¿Te los dieron?
Mirtha Lucìa
Leyendo lo tuyo Oscar se me vino a la memoria el exelente cuento de Saer, Sombras sobre un vidrio esmerilado, creo se titula... Lo voy a buscar para releer.
Luego de ver SEM me permito disentir publicamente con León, quien con un vocabulario pretendidamente familiar al àmbito cinematográfico y autoimpostado para asemejarse lo más a él, construye un relato escindido de la realidad con que en mi opinión Raùl Perrone ha mostrado siempre en sus películas:la de las desvencijadas vidas de los desangelados del sistema, que han sido expulsados y condenados a vivir en las alcantarillas del mismo, y desde donde emergen permanentemente para hacernos confrontar con nuestros propios rostros pequebús. Su crítica final y relación del Cine Perrone con items de la moda masificadora del sistema confirma en León lo que Perrone siempre nos muestra: el abismo existencial entre las crudas vidas de sus personajes y las ideologica y fàcticamente pasteurizadas de críticos como Leòn, que hablan de personajes y no de personas, que aluden a elementos extrínsecos a fin de huir de la nada sartreana omnipresente en las àsperas cotidianeidades con las que Perrone siempre nos confronta.
Marta Silvia. No saltes así con el tema de la ideología, mujer, tranquila. Le pifiaste feo. Y estás enojada al cuete, además. En ningún momento dije o aludí ningún disgusto o tirria hacia Perrone desde el punto vista ideológico. Al contrario, por si no te quedó claro, de su cine es lo que me gusta, los temas y la gente que elige filmar. No voy a darte una perorata acerca de lo necesario de mostrar estas historias y personas que tiene el cine argentino independiente y joven porque desde siempre creo que la mayoría de los que filman son unos caretas. Lo que señalé es un problema que tengo con la forma en el cine de Perrone y quizás eso te molesta. Vuelvo a decirlo, todo bien con Perrone y con Sartre, pero si es por vos no se le puede ver ningún punto flojo – al Perro-. Quizás la pifié en postear una mala en una entrada muy buena y lírica de Oscar. Si fue así, que no se malinterprete. Yo igual los quiero.
Y Marta, vos también pusiste “personajes” en lugar de personas. ¡Viste que te puede pasar!
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