Primera parte, esperando a Rubio, acá
Segunda parte, Rubio llega, acá
"El tiempo es una verdadera cagada. Se pierde la cintura, se pierde el pelo, se pierde la función eréctil, se pierden los valores: alguien capitaliza todas esas pérdidas, pero no se sabe dónde está y la mayoría no cree que exista" escribió en su diario Alejandro Rubio el 7 de mayo de 2007 -en realidad todas las entradas de su diario las escribió el mismo día.
En ese entonces para mí era Maiakovski, un comentador del blog La Lectora Provisoria, como yo, que no sabía que él era uno de los poetas de los 90. Yo ni sabía que los poetas de los 90 existían y concitaban todo tipo de polémicas que todavía no entiendo, porque de poesía ignoro todo.
Miento: leí a Perlongher, algo de Leónidas Lamborghini, me gusta mucho César Vallejo y T. S. Elliot traducido al castellano. Me gusta San Juan de la Cruz, que en realidad era Yepes, judío con verso. Lope de Vega y pará de contar. Sé que todos esos son muy buenos, lo sé yo mismo. Pero los poetas son tantos... A todos los desconozco. Por ejemplo, no tengo idea de Martin Gambarotta, que escribió Punctum, a quien Rubio se refiere constantemente.
Alguien después me dijo que el mordaz polemista, filoso, despiadado Maiacovski que firmaba en el blog que editaba Quintín antes de volverse loco (ahora lo sigue editando, pero ya nadie lo lee), era el reputado poeta Alejandro Rubio.
Alguien después me dijo que el mordaz polemista, filoso, despiadado Maiacovski que firmaba en el blog que editaba Quintín antes de volverse loco (ahora lo sigue editando, pero ya nadie lo lee), era el reputado poeta Alejandro Rubio.
Después vi Imagen mala, una película muy buena de Sebastián Lingiardi y ahí aparece Rubio diciendo algunos poemas y empieza a interesarme. Después resulta que me dice Paz Bustamante que Rubio escucha La otra.-radio y es fanático del programa, cosa que sube mi autoestima.
Hace pocas semanas un domingo a primera hora el mismo Rubio me manda un messenger solicitándome que haga una reseña de la actuación de King Crimson en Buenos Aires. Lo hago esa misma noche, atendiendo a gentil pedido.
Lo único que faltaba era que Rubio viniera a La otra. Me mandó a decir que no era cinéfilo, que cuando viniera iba a hablar de Cine de Superacción. Bueno, como fuera, yo tenía que leer algunos de sus libros, porque si no conocía nada de nada de su poesía era un papelón.
Entonces en estos días pedí prestado y leí . Rubio escribió por ejemplo "El problema del insomnio":
Que se acabe la comida, que se acabe la yerba
y que alguien te llame por teléfono para decirte
en tono comedido: acá estamos preocupados por vos.
¿Acá están preocupados por mí?
¿Allá están preocupados por mí?
No estoy ni acá ni allá, estoy
colgado de un hilo por la voz
hueca y un poco confusa,
como si los parásitos me comieran de abajo arriba.
Por suerte tengo un quiosco enfrente, domino
la historia y no siento frío.
Estar solo es como descubrir en un bloque de hielo
un cuerpo vagamente parecido a tu primo.
También:
Junto a la cama un orinal
un libro de Mao en la repisa
y en la cabeza una divisa
nunca votar a un radical.
Bueno, leí lo que pude antes del domingo, pero el tipo escribió muchos libros, así que no llegué a leer lo suficiente como para hacerle una entrevista sobre su poesía. Así que venía a la radio a hablar de Cine de Superacción pero, sobre todo, a una semana de las elecciones que vamos a ganar y tres días después de que el peronismo celebrara unido su primer 17 de octubre en décadas, de lo que íbamos a hablar era de política.
Rubio llegó como una hora y pico tarde: por los trenes. Entró como una tromba al estudio y desde ese momento el programa fue casi enteramente suyo. De poesía habremos hablado dos minutos. Dos minutos del gusto compartido por el cine de Hitchcock, hablamos un minuto de Quintín y uno de Tomás Abraham. El resto hablamos del peronismo, de Alberto y de Cristina, de macri, de dónde va a salir la guita para el próximo gobierno.
Rubio tiene voz áspera y un tono cortante que sale bien en radio. Yo le digo que tendría que hacer un programa y él me dice "ni en pedo".
- ¿Cómo ves este momento?
- Ganamos irreversiblemente. Basta de suspenso inútil, esto no es Hitchcock. Lo sabemos todos, el pueblo lo sabe. Nadie, ni ellos ni nosotros están nerviosos por el resultado de las elecciones. Ya está. Nadie está al comando del estado, no hay administración técnica, Lacunza no administra nada. Están quemando lo más posible la guita del Banco Central hasta el diez de diciembre, punto final. No hay administración de nada, ni siquiera del tipo de cambio: tenemos tantos dólares, el dólar vale tanto. Eso es lo que se está administrando, una boludez, lo puede administrar un contador eso. ¿A quién llamo si yo tengo una emergencia ahora? A nadie. ¿Con quién hablo si soy un embajador extranjero y tengo que hablar algo urgente? Con nadie. ¿Qué pasa si hay un incendio ahora en Ezeiza? ¿Quién se hace cargo del operativo de emergencia? Nadie organiza, nadie coordina, no están, se han ido.
La parte en que llegó Rubio hasta el final del programa, la pueden escúchar acá.
La hora y pico de programa antes de que él llegara, con Carla Maglio y Paz Bustamante hablamos también del peronismo y de otro tema. Incluso discrepando, acerca de los criterios políticos con que se mide la presencia -o falta- de mujeres cineastas en la programación del Doc Buenos Aires, pero también de la dirección del Festival de Cine de Mar del Plata por primera vez a cargo de una mujer, Cecilia Barrionuevo, que se dispone a empezar su segunda oportunidad, pero cuyo debut como directora, el año pasado, tuvo -para mí, ojo- un resultado penoso.
La parte en la que Rubio no había llegado, clickéen acá. Empieza con la Marcha Peronista en versión heavy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario