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Para escuchar el informe sobre Perú que nos hizo Henrique Júdice Magalhães en la primera parte de la emisión del domingo pasado en La otra, clickeen acá.
Wilco tiene una discografía profusa que desconocemos amplia e irresponsablemente, pero los bonitos temas que nos trajo Santi nos dejaron pensando si no tendrá razón.
3 - Agite cultural y la fórmula mágica de la cocacola en Vayan a laburar junto a Martín Piqué
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Esta semana hemos tenido ultraactividad radial. Además de nuestra habitual audición en Radio Gráfica de la medianoche del domingo / madrugada del lunes, con la presencia de Henrique Júdice Magalhães y su visión de Perú y de Santi Segura anticipando de la salida del nuevo disco de Wilco, el miércoles / jueves pasamos por la ultramadrugada de AM 750 para visitar a Martín Piqué en su programa Vayan a madrugar:
I - Visión sobre Perú
Para escuchar el informe sobre Perú que nos hizo Henrique Júdice Magalhães en la primera parte de la emisión del domingo pasado en La otra, clickeen acá.
Lo que sigue es parte de un texto más extenso de Henrique que complementa lo conversado en la radio (la versión completa del texto en Un Largo):
La literatura peruana no tiene muchas equivalentes en el mundo en calidad y volúmen. A los clásicos José María Arguedas, César Vallejo, Mario Vargas Llosa, Ricardo Palma y Ciro Alegría y a los también consagrados Julio Ramón Ribeyro, Manuel Scorza, Clorinda Mato de Turner, Abraham Valdelomar y Alfredo Bryce hay que añadir decenas de escritores, jóvenes o no tanto, de muchísimo talento y sensibilidad para hurgar en los vericuetos de la sociedad peruana. De allí sacan la materia prima de novelas y cuentos que resultan tanto o más importantes para comprender al país que su respetable tradición historiográfica y ensayística, en la que se destacan Jorge Basadre y Pablo Macera. Pero cuidado: quien mejor logró tal entendimiento (Arguedas) también por ello terminó por suicidarse, y su viuda se fuE después a Sendero Luminoso y estuvo 14 años presa.
Parecería que al tener tantos buenos escritores, Perú se permite el lujo de eliminar algunos, en general a temprana edad como en los antiguos sacrifícios incas y preincas: Javier Héraud (21 años) [1]; Edith Lagos (19); José Valdivia Domínguez (35); Hildebrando Pérez Huarancca, en la casa de los 30 [2]. Los tres primeros comprobadamente muertos, el último desaparecido, todos a raíz de actividades políticas armadas que, en un país muy injusto, consideraron necesario emprender. Los tres últimos, de extraviada manera, pero eso no importa ante los crímenes de Estado que segaron sus vidas.
La calidad y diversidad musical es igualmente impresionante y en eso merece especial reconocimiento la contribución negra, representada, por ejemplo, por la voz y el repertorio de la espléndida Susana Baca. La más grande cantantautora peruana, Chabuca Granda, lo es no solo por su talento, sino también porque, al sumar a sus valses criollos un encomiable trabajo de valorización de esas expresiones de origen africano, se volvió una artista-síntesis de la diversidad musical de Perú. Y es justo agregar una mención a lo que produce la incorporación de influencias del jazz, el blues y la bossa nova a la música del país. En ese rubro se ubica la voz más bella y expresiva que he tenido el privilégio de oír: la de Ingrid Merath (aunque canta también boleros). A la falta de una grabación suya, la interpretación que hace Pilar de la Hoz de un clásico vals con exquisitos arreglos jazzísticos es una buena muestra de esa interesante aleación.
Los versos de Javier Lazo en “De los amores", que canta Baca; los de Chabuca en “Cardo o ceniza”; y los de Juan Mosto Domecq en “Quiero que estés conmigo” hablan de los intensos, desatados amores que saben vivir e inspirar ciertas damas que hay en Lima.
Tal música y la rara clase de mujer que la inspira, más algunas ricas comidas (frutas, jugos, chocolates, helados) y dos o tres periodistas y abogados que valen la pena (bonus de haber vivido recientemente bajo el autoritarismo, que pone dichas profesiones a prueba), son, quizás, lo único bueno de una ciudad que vive de espaldas al país, es intransitable, tiene demasiado ruido de bocinas, muy precario suministro de agua (un daño más que causaron los españoles, ya que antes el servicio andaba bien [3]) y una oferta cultural sorprendentemente acotada ante su misma producción. No fue en el més que pasé allá, sino a pocos días de regresar a Buenos Aires, que he podido ver (en Sala Lugones) cinco buenísimas películas de Francisco Lombardi pertenecientes a la filmoteca de la Pontifícia Universidad Católica del Perú. [Leer completo acá]
2 - Digámosle Vigilia Wilco: para escuchar esta parte, clickeen acá
@santidelaire, según su identidad instagrámica, irrumpió en los estudios de Gráfica a la 1 am del lunes y con tono desafiante aseveró:
"La semana que viene sale el nuevo disco de Wilco y esta es definitivamente una de las mejores bandas del mundo. Traigo música de toda su discografía. Desde AM (1995, su primer disco) hasta los adelantos de Ode to joy, que sale el viernes" [o sea: hoy].
Wilco tiene una discografía profusa que desconocemos amplia e irresponsablemente, pero los bonitos temas que nos trajo Santi nos dejaron pensando si no tendrá razón.
3 - Agite cultural y la fórmula mágica de la cocacola en Vayan a laburar junto a Martín Piqué
Hay un programa en la radiofonía argentina que sale más tarde y con más frecuencia que La otra.-radio (de 2:00 a 6:00 de la madrugada, de lunes a viernes) y lo conduce Martín Piqué en AM 750: Vayan a laburar. Transcurre la noche en el estudio Antonio Carrizo de la radio situada en el barrio de San Telmo y, cada vez que menciona a Carrizo, Martín se pone de pie. Es una hora que da como para divagar entre las cuestiones que de verdad nos importan: el cine [el ciclo Historia(s) del cine, que empezamos este sábado en IWO], la música, el peronismo, el estruendoso fracaso del macrismo, el agite cultural, las veredas de Buenos Aires y la fórmula de la cocacola. Lo que conversamos pueden escucharlo acá abajo.
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