La identificación del decrépito dibujante uruguayo con el juez decrépito es inocultable. La intención de ultrajar la figura de nuestra presidenta resulta fallida por el grado de grosería en que se hunde el caricaturista, lo que lo pone muy en evidencia. Para ofender, hay que poder ser ofensivo. Y Sabat no lo logra porque en primer lugar aparece su declinante sexualidad. Pero hay algo más: no se trata solo del dibujo soez de un viejo verde. El mamarracho es también un índice de la impotencia gorila, que no puede resarcir su inferioridad política respecto de Cristina con ninguna ofensa.
4 comentarios:
No es ningún maestro, da vergüenza ajena. Que alguien le avise, ya ni siquiera es critico, esta senil. Más que una burla merece ser tratado y contenido, no se puede caer tan bajo y decir que se esta bien. Esto ya no se trata si sos kirchnerista u opositor, se trata de ser Argentino, esto nos afecta a todos por igual.
A esta altra sólo cabe asegurar que es una mierda de tipo,porque con su trayectoria podría trabajar donde quisiera
y elige trabajar en un medio de mierda,ya apena su misioginia,
"ES UN VIEJO DE MIERDA!!!!!!
vergonzoso...
Da mucha pena ver al servicio de qué puede ponerse el talento.
Pero no es una sorpresa.
Sabat está donde está por elección igual que Blanck, van der Kooy, y el resto.
Puede ser, y seguro lo es, un maestro de la expresión gráfica, pero eso no alcanza para llamarlo Maestro.
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