martes, 5 de febrero de 2008
SUSAN SONTAG - ACERCA DEL BERLIN ALEXANDERPLATZ DE FASSBINDER
Fassbinder ha tenido éxito allí donde otros fracasaron -filmó prácticamente la totalidad de una novela. y aún más: hizo de eso una gran película, que además es fiel a una gran novela. (...)
El cine de Fassbinder está repleto de Biberkops -víctimas de una falsa conciencia. Y el material de Berlin Alexanderplatz está prefigurado en sus films anteriores, cuyo tema recurrente es las vidas dañadas y las existencias marginales -pequeños criminales, seres prostituídos, trasvestidos, trabajadores inmigrantes, amas de casas deprimidas y obreros sobrecargados al borde del colapso. Más específicamente, las horrorosas escenas del matadero de Berlin Alexanderplatz están anticipadas en las secuencias de mataderos de Jail Bat y En un año con trece lunas. Pero Berlin Alexanderplatz es más que un resumen de sus temas principales. Es su culminación -y su origen. (...)
Aunque hecha posible por la televisión -es una coproducción de la TV alemana y la italiana-, Berlin Alexanderplatz no es una serie de TV. Estas series están estructuradas en "episodios" diseñados para ser vistos en intervalos regulares -la convención es una vez a la semana, como las viejas series (Fantomas, Los peligros de Paulina, Flash Gordon) que se emitían los sábados a la tarde. Las partes de Berlin Alexanderplatz no son, hablando estrictamente, auténticos episodios, dado que el film pierde eficacia cuando se lo ve de esta manera, a lo largo de catorce semanas (como yo lo vi la primera vez, este invierno en la TV italiana). La presentación en New York en una sala de cine -cinco segmentos de aproximadamente tres horas cada uno, a lo largo de cinco semanas consecutivas- es por cierto una manera mejor de verlo. Verlo en, digamos, tres o cuatro días seguidos sería aún mejor. Cuanto menor sea el tiempo en que uno lo ve, mejor funciona el film... igual a cuando uno lee una novela larga con máximo placer e intensidad. En Berlin Alexanderplatz el cine, ese arte híbrido, ha logrado finalmente algo de ese poder dilatorio, abierto y acumulativo que tiene una novela, por ser así de extenso y por exhibirse en una sala.
SUSAN SONTAG
(Extractado de Novel into Film. En Vanity Fair, Septiembre 1983. Traducción: La Otra)
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3 comentarios:
Mandé un mensaje pero creo que no llegó. En él felicitaba a Oscar y al grupo de La otra por este nuevo emprendimiento. Saludos a todos y espero que este mensaje sí llegue.
Bueno... "fiel a una gran novela" pero dándose rienda suelta en ese final a puro fassbinderismo.
Quizás debiera volver a ver el epílogo de Berlin Alexanderplatz, porque a medida que pasan los años se me hace cada vez más innecesario. O, para decirlo de otra manera, se me hace innecesaria tanta parafernalia para que Rainer diga que él también se siente como Franz Biberkops.
¿O quizás debiera volver a verlo porque se me olvidó y lo confundo?
A mí también el Epílogo de Berlin.. me despierta serias dudas. Me da la sensación de un estanque, cuando los 13 capítulos anteriores muestran una admirable fluidez. Es enfático donde los capítulos son sugerentes. Siempre me pregunté cuál es la necesidad de ese brusco cambio de registro, la incorporación de anacronismos (en la música de Kraftwerk, Janis Joplin), el recurso al simbolismo simplificador... Es muy raro, porque Fassbinder tenía un timming muy exacto para terminar sus películas un minuto antes de la redundancia. ¿Qué pasó aquí? ¿Se estaba dando un gusto con obsesiones masticadas a lo largo de los años? ¿Cayó por eso en la autocomplacencia? ¿Hay algo que no entendemos? ¿Puro furor experimental?
Por favor, que alguien lo explique...
Oscar
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