sábado, 25 de abril de 2009

Harina



por Martha Silva

“Para dormir es necesario no pensar”. Todo un inconveniente para mí, parece decirnos Rosalía, la panadera, mirándonos a los ojos. Ella misma contraría sus propios consejos, porque todo el tiempo recuerda y cuenta, acerca de la gente y los animales que pululaban en los andenes ferroviarios de la estación del pueblo, antes de que todo esto desapareciera. Mientras tanto manipula esa harina evanescente que flota en el aire, hasta convertirla en una masa, distinta por cierto a la que haría otro, a la que hacía su madre por ejemplo.

Mientras habla, la masa reposa y toma volumen. Rosalía cebará unos mates porque esa infusión “limpia toda la sangre mala”- dice muy convencida. Nos muestra diapositivas para que veamos que alguna vez el pueblo estuvo habitado y rodeado de otros pueblos, con sus respectivos nombres reales y había eucaliptus, estaba la Iglesia, los chicos los perros y todo aquello que latía.

Ese mundo que ahora no se sabe adónde se fue bullía alrededor de la estacion, lugar privilegiado de paseo. El perro Olgo acompañaba al padre de Rosalía a la estación y allí se quedaba hasta que él volvía. Allí ella misma -no podía esperar a llegar a la casa- le llevaba al padre el nuevo pan que había amasado en su ausencia para que diera su aprobación.

A veces Rosalía parece escuchar los sonidos del tren perdido que entra por la ventana. Todos se fueron, ella eligió quedarse. “A veces sueño que vuelve a pasar el tren y que yo subo”. Cuando puede dormir, claro.

Todo esto que se despliega en el escenario sonaría muy becketiano si no estuviéramos en antecedentes de que la Compañía Doble Ve, constituida por Román Podolsky y Carolina Tejeda (dramaturgo y actriz respectivamente), abordan aquí el tema del desmantelamiento de la red ferroviaria y sus consecuencias. Ese fenómeno barrió cientos de pueblos y sus respectivos habitantes a los que sumió en la pobreza y el aislamiento. Todo esto no está expresado verbalmente. El tema está trabajado con ciertos ribetes documentales, lo actoral está ubicado en primer plano, pero no se sostendría sin la excelente iluminación –diseño de Eli Sirlin- y los sonidos lejanos que contribuyen a sostener el clima poético.

Esta obra, que fue parte del FIBA 2007, sigue cosechando premios mundiales. En ocasiones se representa precedida de una visita guiada por las grandes estaciones ferroviarias. En esa oportunidad se narra la historia de los ferrocarriles argentinos, con alusiones a Scalabrini Ortiz y al General Perón. Se proyectan fragmentos de documentales, como el de Pino Solanas, y se puede conocer también el Barrio Inglés, con edificios apuntalados, donde aún viven las familias ferroviarias.

Harina, ESPACIO ECLÉCTICO. Humberto Primo 730. Funciones: domingos 20.30 hs

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