todos estamos igual

viernes, 30 de octubre de 2009

This is It!


por oac

Todas las noticias que nos llegaban eran horribles: denuncias por paidofilia o chantajes de las familias de los niños que se quedaban a dormir con él lo habían llevado a la quiebra, estaba chiflado y gastaba fortunas en extravaganzas, por poco había tirado a uno de sus hijos por el balcón, lo habían visto vestido de mujer caminando por las calles de Londres, se le estaba cayendo la nariz, su alteración mental lo había hecho incapaz de volver a hacer otro disco. Todo mal, como corresponde a ese oficio que se está volviendo cada vez más indigno y buchón, el de periodista.

No me interesa decidir acá cuántas de esas cosas son ciertas, Michael tendría lo suyo, yo tengo lo mío y el que está leyendo no creo que sea mejor que nosotros dos. Si te buscan mierda te la encuentran, los que viven de buscarle mierda a los demás.

Michael será otro magnate norteamericano encerrado en su propio laberinto de vanidad e impotencia, Orson Welles los retrató de una vez y para siempre.

Pero Jackson ha sido también un gran artista. El producto más refinado de la escudería Tamla Motown, el destilado de las mejores tendencias de la música popular del siglo, heredero de Duke Ellington, James Brown, Stevie Wonder y de las estrellas fugaces del soul y del funk de los 60 y 70 y de los trabajadores del algodonal y de los coros spiritual de las iglesias del deep south. Jackson saltó la valla desde las radios del gueto hasta las radios blancas. Y produjo el mayor suceso global de la música desde Los Beatles y hasta hoy.

Es verdad: tenía a toda la industria atrás, pero toda la industria sumada no da como resultado un artista. Madonna tenía a toda la industria atrás y ahí la tienen.



Algún día habrá que hacer un desarrollo más extenso acerca de los artistas que toman de modo literal esa consigna del romanticismo de hacer de sí mismos una obra de arte: yo en los últimos tiempos apunté a dos, de muy diverso carácter: Clint Eastwood y Charly García. Constructores de sus propios íconos, el yeite consiste en abolir la separación entre la obra y el cuerpo del artista, inscribir al ícono sobre la superficie de su piel, modelar las cavernas interiores del cuerpo y ofrecer el resultado a la consideración pública. Tiene algo de ofrenda a la comunidad, como lo indica el final de Gran Torino, pero en el caso de Eastwood prima el cálculo sobre la efectuación: Clint hace que se sacrifica por la comunidad y ahí termina todo para él.

El caso de Michael Jackson es el más radical. El cruce desde las radios y los charts negros hacia el mainstream no sólo quedó registrado en sus discos, sino en todo su cuerpo. Su físico magro condensa la experiencia doliente de los antepasados africanos, de los esclavos de América, de los niños pobres abusados por padres alcohólicos, de los músicos negros que cantan Dignity & Pride. En el cuerpo de Jackson, su obra, opresor y oprimidos juntos en un mismo envase.

Si sumamos: artista de talento deslumbrante + memoria corporal de la opresión + magnate chiflado + Tamla Motown + cruce al mainstream + la cuestión de la técnica + paranoid android del Siglo XXI, el resultado de la cuenta da = Michael Jackson.

This is It es finalmente la brillante despedida de un gran artista. Lo que se ve allí no guarda relación directa con las noticias de la prensa carroñera. Se ve a una bestia escénica, un tipo que captura la mirada, un músico descomunal preparando concienzudamente su vuelta a los escenarios, un bailarín de una originalidad incomparable. Respaldado por la tecnología de punta.

En uno de los momentos más inquietantes del film, Michael se queja por el efecto que está produciendo en él un audífono interno. No hay demasiadas explicaciones, pero supongo que se trata de un auricular por el cual el tipo monitorea el sonido del espectáculo, sólo que en vez de tener el aparato puesto en las orejas lo tiene adentro del oído: Michael dice que siente como si le estuvieran metiendo un puño en la oreja y que eso es demasiado (incluso para él!). Le preguntan qué quiere que se modifique en el funcionamiento del audífono interno, si tiene alguna precisión que hacer o simplemente que bajen el volumen. Y Michael contesta que sí, que por favor, que bajen el volumen.

Esto da una idea de su cuerpo doliente devenido en laboratorio tecnológico, para bien del show bussiness y probablemente para que la técnica haga su mejor faena hasta la fecha. Jackson y los diseñadores, arregladores e ingenieros que lo rodean parecen estar de acuerdo en trabajar para dar el mejor show de que se tenga memoria.

En la película hay muestras de lo que hubiera sido y se ve que hubiera sido deslumbrante: tanques de guerra que amenazan con deglutir el cuerpo del artista, arañas mecánicas, fantasmas voladores, proyecciones en 3D, la aparición involuntaria de Rita Hayworth, Humphrey Bogart y Edward G. Robinson, los mejores bailarines de todas las razas. Y esas canciones claro: Thriller, Beat it, Man in the Mirror, Billy Jean, I cant' stop loving you, Smooth Criminal...

La mayor parte del tiempo, en estos ensayos registrados durante las últimas semanas de la vida de Jackson, el cantante está haciendo playback sobre las grabaciones originales. Sobre todo se está puliendo el planteo escénico del show. En esas ocasiones luce el Jackson bailarín y se lo ve maravilloso, con el talento y el magnetismo de siempre y quizá aún mejor. Sobre el escenario no hay rastros del desquicio humano de que habló la prensa amarilla. Quizá lo fuera en privado, pero lo que se ve sobre las tablas es simplemente al mejor preparándose para volver. Las remakes de los viejos clips y los gadgets son llamativos, pero quizás innnecesarios, cuando lo que realmente importa es el despliegue de la música y de la danza. A partir de cierto punto, los trucos restan en lugar de sumar.

Pero los momentos más emocionantes y por eso mismo los más tristes son puramente musicales: Michael a veces cede a la tentación de cantar algunas partes, como cuando tiene que ensayar algún dúo o cuando le indica a sus músicos que no están logrando el groove que él pretende. Ahí la música es cuerpo y memoria corporal, algo que ninguna máquina podría calcular, porque encarna las heridas y el latido y la carne vibra siempre en armónicos singularísimos y a la vez ancestrales. Michael Jackson es un cantante de matices casi imperceptibles, como si dibujara en el aire con un pincel muy fino una figura primitiva y estilizada.

Será una de mis diez películas del año.

8 comentarios:

Noriega dijo...

100 % de acuerdo. Una película hermosa y triste. Imprescindible verla en cine.

Ed Chinasky dijo...

Hola Oscar
También de acuerdo. La peli rescata que, más allá de la triste parábola de su vida y de su muerte, en el origen (y hasta sus últimos días)hubo un artista brillante y magnético.
Y que se nos murió, nomás. Extrañaremos su talento y su poesía expresada a través de la danza y el canto.
Y nos quedó Madonna, que no posee poesía alguna y representa El Triunfo De La Voluntad.

0000 dijo...

Vale el reconocimiento ! Es uno de los grandes artistas de todos los tiempos !

julieta eme dijo...

estoy de acuerdo con esta oración:

Se ve a una bestia escénica, un tipo que captura la mirada, un músico descomunal preparando concienzudamente su vuelta a los escenarios, un bailarín de una originalidad incomparable.

MJ siempre me pareció magnético. había, siempre hubo, algo inmensamente atractivo en él. hay un video que circula en youtube, en el que se lo ve ensayando, dos días antes de morir, creo. y en ese video, se lo ve fabuloso. yo no sé cuánto medía, pero se lo ve muy alto. y no sé si es el ángulo de la cámara, pero parece que tuviera piernas larguísimas. está muy flaco, es cierto, pero se lo ve fuerte, casi diría poderoso. y los dedos de sus manos parecen larguísimos también. encima canta ese tema impresionante que es "They don't care about us".

beat me, hate me, you can never break me

magnético e increíble, en muchos sentidos.

quiero ver la película.

julieta eme dijo...

They don't care about us

http://www.youtube.com/watch?v=_Wy5qTeHqms

julieta eme dijo...

el video del último ensayo es éste:

http://www.youtube.com/watch?v=9gWLINqTFYQ

Oscar Cuervo dijo...

La imágenes del ensayo forman parte de la película y, como dice Noriega, en el cine es mucho mejor. Y, como dice Gonzalo Aloras, la despedida de Michael es una gran película. Y atención: estará solamente dos semanas en cartel, no se dejen estar porque en dvd no será lo mismo.

julieta eme dijo...

cuando era chica, el paso de MJ que me fascinaba (me fascina) era ése en el que se inclina hacia adelante, sin caer, como si hubiera logrado vencer la ley de gravedad. siempre me pareció increíble. un buen bailarín lleva las posibilidades del cuerpo humano un poco más allá de lo posible. le hace hacer al cuerpo cosas para las cuales los cuerpos no fueron hechos. y ese paso resumía y ejemplificaba eso. esa inclinación imposible hecha realidad. el paso se puede ver en el video Smooth criminal.