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sábado, 16 de julio de 2011

Glue II


por Alejandro Ricagno

(viene del post anterior) Lo que sigue es la entrevista que Alejandro Ricagno le realizó al director y a los protagonistas de Glue en el otoño de 2006, después de haber visto la película en el Bafici de ese año.

- ¿Cual fue la imagen disparadora de Glue ? Porque más que una idea me da la impresión de que el film parte de una imagen....

Alexis Dos Santos: La situación del pegamento y la llegada del padre al día siguiente. (Se refiere a una secuencia en la que Lucas y Nacho escapan un fin de semana y se quedan solos en el depto. del padre del primero, juegan, se dedican a oler pegamento viendo pelis pornos y tienen un primer acercamiento sexual. Nacho se despierta y se va, Lucas se queda dormido y pegoteado; al día siguiente, el padre lo descubre, con resaca pegamentosa). Esa fue la escena disparadora. Era un situación que estaba escrita para un corto que iba a filmar en Inglaterra. Después desarrollé el personaje de Lucas, y apareció Andrea, y la familia, y en vez de Londres, donde vivo ahora, fue en Zapala, donde viví varios años de mi adolescencia. De hecho voy allí seguido, mi madre aún vive allí. Yo siempre volvía a Zapala, sacaba fotos., imaginaba locaciones, el viento...

- El paisaje es bastante definitorio en el film....

Alexis: Sí, si se hubiera filmado en Londres, en la afueras de Londres, habría sido distinto. Los actores hubieran sido distintos, el modo de filmarse, todo... Estoy seguro de que hubiera encontrado buenos actores, pero no los maravillosos actores que conseguí acá, con tanta sensibilidad...

- Y predisposición... (acota Nahuel Perez Biscayart, riéndose)

- ¿Vos estructuraste la historia en núcleos dramáticos? Porque da la impresión de que cada escena puede ser autónoma, e incluso que puede intercambiarse el orden...

Alexis: La historia estaba escrita de principio a fin. Era un tratamiento, sin diálogos. Después el trabajo con los actores en las locaciones era el disparador para el resultado de cada escena. Había como un dibujo general....

- ¿Y generacional también? Porque lo que me llama la atención es que vos no estás en Argentina hace tiempo, no tenés la edad de los personajes. Imagino que tu adolescencia fue diferente de la que retratas acá. Estos personajes son muy actuales, en esa edad de los 15, 16 años, pero de ahora...

Alexis: ¿Ahora me vas a preguntar cuánto de autobiográfico puse, como esa chica en el BAFICI? (risas) Es raro; no hubo una propuesta previa de hacer un retrato generacional. Es algo que entendí después, que la época en la que transcurre es hoy, están haciendo esto acá y ahora. Pero yo me basé en recuerdos, en vivencias mías de esa edad. Y después fue entrando el universo que trajo cada actor.

NahuelPB: Fuimos buscando. Ponernos en la fábrica abandonada por ejemplo y ver cómo iba saliendo la escena, cómo se veía mejor. La improvisación era durante y a veces antes el rodaje de la escena. Era “acá hablan de esto, acá unos chupones, acá discuten sobre los telos”.

Alexis: A veces se improvisaba una escena, y las cosas más interesantes aparecían antes del inicio de la escena o después. Dejábamos la cámara prendida a ver qué ocurría.

- Una de las cosas que más llama la atención es cómo esta reflejada la sexualidad, creo que inédita para nuestro cine, porque no es conflictiva, es gozosa, tanto en la escena de los dos chicos como en el aprete en trío en el baño de la fiesta. Y no es voyeur...

Inés Efrom: perdón, ¿qué es voyeur?

NPB: Mirona. Fisgona.

- Sí, o buchona como Larry Clark en Kids o Bully (que detesto).

Alexis:  Sí, trate de evitar eso. Pero a mí me gusta Larry Clark ( risas). Ken Park sobre todo. La escenas están jugadas desde la proximidad, desde la intimidad. Éramos un equipo mínimo.

Nahuel Viale: Yo creo que la sexualidad está jugada desde la inocencia.

NPB: Y desde el afecto, sobre todo. Es más afectiva que sexual propiamente dicha, chicos.

IE: Desde la confianza y con la frescura que da conocernos los tres. Nos conocemos hace años, de los cursos de teatro de Nora Mosenco. Y eso jugó a favor. Para mi personaje yo pensaba en mí a los 14 años, que tenía muchos conflictos. Usaba aparatos en los dientes, tenía un corsé... Esa incomodidad, el recuerdo de la incomodidad del cuerpo me ayudó mucho. Yo una de las escenas que más disfruté fue la de la chocolatada. Fue un disfrute hacerla.(Nacho y Lucas se invitan a tomar la leche en la casa de Inés. Toda la escena se juega en la incomodidad y la tensión del deseo, desde un perspectiva en que se evidencian tanto las hormonas a punto de ebullición como los juegos casi infantiles y humorísticos. La escena es una joyita de fragilidad, ternura y tensión erótica que no puede o no sabe cómo estallar y es la consagración de Inés como la “antibarbie” más seductoramente tierna de la historia del cine).

-La peli está pautada por esos monólogos de los personajes, sobre las imágenes filmadas en super 8. ¿Eso estaba pensado desde el guión?

Alexis: Llevábamos una camarita de super 8. Quería filmar algunos momentos, por el grano, la densidad de la imagen. Durante la filmación se nos ocurrió comprar unos grabadorcitos para que cada actor hablara desde su personaje, para irlos construyendo. Inés y Nahuel se iban por ahí a grabar el mundo interior de Lucas y Andrea.

IE: Yo tenia días libres y estaba deprimida porque recientemente me había separado. Entonces salía por ahí con mi grabadorcito, en especie de “graboterapia”(risas), y era muy sanador saber que eso que ponía ahí iba a servir para una película.

NV: yo iba con la bici y me mezclaba con los zapalinos; hablaba con la gente. Los escuchaba; de ahí la tonada que sale, “el guay” zapalino.

Alexis: Se lo habíamos dado a Flor y Nahuel Viale. Pero yo ya había resuelto que más interesante era conservar sólo los pensamientos de Lucas y Andrea. Dos personajes que imaginan qué es lo que piensa el tercero, del que no sabemos qué piensa...

- El objeto de deseo de ambos...

Alexis: yo creo que Glue es lo que es por su forma de realización. Por ese mandarnos, por dejar que ocurra el caos y encontrar el orden en ese caos. No es que no disfrute de la escritura, y de hecho acá la hubo, pero la improvisación era fundamental. Había curvas narrativas. Pero era estar atento al momento en que surge una emoción. Por ahí hay escenas más coreografiadas si querés, probar qué encuadre va mejor para la escena. El relato como tal surgió en la edición. Había como 45 horas filmadas.

- A mí me gusta una escena que viene después de la noche del pegamento y el sexo. El reencuentro de los dos chicos en la vía...

Alexis:  ...que se ponen a jugar haciendo ruidos con percusión. Sí. Fijate que eso estaba pensado a priori para que fuera antes. Pero en la edición quedaba mejor ahí.

- Te solucionaba el conflicto. Porque ahí te preguntás “oh, ¿y ahora qué pasa entre ellos, el otro le va dar bola, se va hacer el boludo?”. Y el contacto ese de la percusión juntos instala una complicidad tácita. Yo me dije: si ahora viene el arrepentimiento, Glue se va la mierda...

NPB: Es que vos como espectador estás condicionado por la escena anterior, entonces lo que ves en la siguiente se resignifica. Las miradas, todo. Y ese escena ahí desdramatiza todo. Yo quiero decir que una película siempre es el ámbito en que se desarrolla. Cada vez lo compruebo más. Y en este caso especialmente. Porque fue una experiencia gloriosa esas tres semanas en Zapala. Te digo, para mí, como actor, va a ser difícil remontar: porque de todas mis experiencias en cine ha sido la más intensa. Porque uno como actor en cine, labura y tiene determinadas cosas en la cabeza. Y después ves la película montada y no coincide con esa idea que uno se hacía mientras la filmaba. Con Glue eso no me pasó.


Epílogo de AR Un duda me queda: ¿habría sido aprobada Glue como proyecto si se hubiera presentado al INCAA? Hmmmm ¿Hubiera sido lo mismo de haber pasado por el comité calificador? Alexis y Biscayart hablan de espíritu punk de la película. Con ese mismo espíritu fueron hechas las mejores películas del llamado nuevo cine argentino. Ese que según dicen ahora se está estancando. Glue recupera ese pulso, o lo renueva. Es un pequeño gran film, no atropella ni grita, pero vaya si respira. ¿Podría haber respirado tanta verdad transpirada si hubiera sido realizada de otro modos? ¿Hubiera podido, en fin, ser realizada de otro modo? Vale la pena dejarse contagiar por su pulsión teenager. Dan ganas de tener otra vez 16 años y emborracharse hasta el desmayo en un fiesta.

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