Oficio y pasión

Regina, Hawaii, Pendejos: en la radio
Un programa para descargar clickeando acá

Pendejos, de Perrone

 Regina en Geba

 Mateo Chiaroni haciendo de Martín en Hawaii

1) Hacía frío en la noche del sábado en Geba y cada vez más. Esperamos largo rato la aparición de Regina. Era la segunda vez que venía a Buenos Aires, la vez anterior en la primavera de 2010 en el Gran Rex, en un ámbito ciertamente más resguardado. Después de 45 minutos, aparece sola, con su vestidito plateado, sus medias de lana negras, sus rulos rubios y su piel blanquísima. Se frota las manos para darse calor, sonríe tímidamente,  toma el micrófono depositado en el piso y se pone a cantar a capella "Ain't no cover". En la segunda estrofa se pone a golpear con el dedito índice derecho sobre el micrófono, haciendo el ritmo de esta melodía spiritual con su letra de amor por un hombre demasiado humano:

He sits there smoking
his breath away
he sits there choking
on what they say
but I adore him
and I implore him
saying one of these mornings
I'm going away.

the sun is setting
the day is done
good night, my lover
good night, my son
I shouldn't bother
he's eight miles high
but I love none other
til the day that I die...

En un par de gestos, bajo la inmensidad del cielo negro y frío, nos ha enamorado a todos. El resto del recital se lo pasa casi entero sentada en su piano, de perfil al público. En determinado momento nos pregunta si tenemos frío, "sí que hace frío, ¿no? ...pero el frío es más divertido que el calor". Obvio. Casi dos horas después seguimos todos helados y embelesados, ella vino regalándonos sus canciones delicadas y perfectas, su seducción aniñada y sus historias inquietantes. Se para en el medio del escenario y canta "Hotel song", bailando con pasitos tímidos. No quisiéramos que ese momento se termine nunca. 24 horas después nos dura el perfume de su música en los estudios de FM La Tribu.

2) En nuestro programa nos visitaron Marco Berger (director), Mateo Chiarino (actor protagónico) y Pedro Irusta (productor y compositor de la música) de Hawaii. Una hermosa película de amor que va a estrenarse en el BAFICI el próximo sábado a la noche. La conversación se mete en el corazón de la película: en su laboratorio. Marco imaginó a Martín, el personaje frágil y poderoso que encarna Mateo. El autor le adjudica haber nacido en  Cardozo, departamento de Tacuarembó, en el medio de Uruguay. Buscó un lugar en el mapa, no conocía Cardozo pero le gusta la palabra porque es el apellido de su abuela. El actor Mateo Chiarino nos revela uno de los secretos de la composición que hace de Martín: Berger le había dicho que su personaje fue apaleado por la vida y que cuando se siente agredido, su cuerpo retrocede. Como un perro apaleado, pensó Mateo, que busca cariño y puede volverse muy fiel al que le tira un hueso, pero si nota que va a recibir un golpe está pronto a salir corriendo. Por la charla que mantuvimos con el equipo de Hawaii me dio la impresión de que el gran resultado que se aprecia en la pantalla se basa en la inteligencia de los detalles. Oficio y pasión. 

3) Una nueva charla telefónica con Raúl Perrone, a horas de dar a conocer al mundo, finalmente,  la obra que fue objeto de sus desvelos (literal) durante el invierno y la primavera pasados, Pendejos, un salto adelante en la ya extensa carrera del retratista de Ituzaingo. Le pregunto si está ansioso esperando el estreno (el jueves en el Bafici) y me dice que él siempre está ansioso y que su ansiedad la encara haciendo cosas, comúnmente películas. Perrone tiene hecha ya una película, casi dos películas más, después de Pendejos, en las que se propone ir más allá de donde llegó hasta ahora. Espero ver Pendejos ya con la compañía del público este jueves, del mismo modo que quiero volver a ver Hawaii en la función de estreno del sábado. Me gustan los estrenos llenos de entusiastas, la vibración de la sala oscura. Las privadas de prensa son lo más amargo que existe.

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